El complemento de la noche

El amor y la vida no son juegos.
No se comparan, pero se asimilan.
Una se basa en la otra y viceversa.

El amor y la vida no son chistes.
Nos hacen reir, nos hacen llorar.
Una mala racha no condiciona.

El amor y la vida no se desperdician.
De uno se aprende, de otro se sufre.
Se repiten, se vuelven ciclicos.

El amor y la vida no se lloran.
Se llora porque se muere lo que una vez fue.
Se llora porque se acabo y no hay vuelta si no crees en una segunda ronda.
Se llora porque se cansa y se siente impotente.
Se llora porque no hay forma física que resguarde.
Se llora porque se olvida con el tiempo.
Se llora porque es un fin.
Se llora porque no hay palabras para describir,
lo que es el dolor en el corazón.