sábado, 23 de octubre de 2010

Fé e Institución

Tuve que encontrar una salida entre las paredes de cal.
El escritorio armable, los libros, las sillas, los papeles, los sacapuntas cortan el aire,
Mis ojos, el traje, lo perciben, se desesperan.
Las ventanas solo sirven para el suicidio, no para la ansiada libertad.
La estabilidad del piso es como el membrillo de mi abuela sin la dulzura de sus manos.
Los gritos son de un formato .mp3 constante.
Mejor me uno y quedo aplastado por los escombros.
Ellos no me dejan seguir viviendo.






PD: Hacia mucho que no escribía, ni que publicaba. Supongo que octubre le va a dar un nuevo paso a noviembre.