viernes, 11 de febrero de 2011

Diganme, ¿cuál es su historia?

Hoy, viernes 11 de febrero del 2011, quiero saber sus historias.

La mía: Rechacé una entrevista de trabajo porque no tenia ganas de ir, me dediqué a cocinar algo (y resultó bien), dormí una siesta muy profunda y planeo tener libertades nocturnas. Tambien tengo una nueva forma de canalizar todo lo nuevo para mi beneficio.
Se llama comprensión.

Ahora les toca.

3 comentarios:

  1. Ah, yo fui a un bar. Fue bueno. Pero ahora tengo sueño u.u

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  2. Viernes 11 de Febrero. Un día puede ser una sesión ininterrumpida de 24 horas, o tal vez sean fragmentos desfragmentados en sensaciones, enmudaciones y vértigos dividos en 24 horas, en inabarcables o precisos y desdibujados movimientos o simples anécdotas que al despertar al día siguiente ya no recordamos o del cual tenemos una lejana noción. Un día puede ser tantas cosas, o tal vez una sola, depende de la perspectiva en que sea narrada. Mi día no lo puedo describir con exactitud, pero hubo hechos destacables: se me cortó la luz, antes de ello escuché el concierto nro. 3 para piano y orquesta de Rachmaninov dos veces, desayuné de forma mediocre, desperté ligeramente transpirada, me volví a dormir hoy a la madrugada muy cansada, habiendo llegado de un taxi que compartí con J. y con M., habiendo dejado al Ch. en la parada del colectivo, luego de haber salido de un bar, en el cual solía beber hasta que el whisky me saliera las orejas, más en aquella oportunidad, no bebí absolutamente nada, no porque no pudiera, simplemente no me apetecía y de haberlo hecho hubiera sido incentivar deliberadamente el sueño de la razón que origina monstruos (qué palabra menos apropiada). Sin embargo, mis sensaciones fluyeron en un vaivén que ni siquiera el alcohol más puro, o el vicio más borrascoso de Tánatos, me hubieran podido rescatar o finalmente destruir. Es difícil a veces mantener una pose tan natural y apacible por fuera, incluso melancólica a veces, cuando por dentro tan sólo te estas muriendo, marchitando y agonizando con una pasión que tanto el deseo (lo opuesto a la muerte) es tan intenso como una rosa borgoña, en un campo de flores borgoñas, florenciendo a una velocidad anfetamínica pero con la violencia de un pesado revolver que se dispara; cuya bala, te termina volando la cabeza.
    Entonces tu sangre se confunde en color con las rosas borgoñas, más no en tacto, dado que la sangre es una sustancia pesada y salada, muy oscura, que cada vez se va aclarando mas; pero en cambio los pétalos son pequeño, aterciopelados, frágiles y son devorados por la sangre como la marea que ahoga las barcas de heno. ¿Qué grandiosidad se encuentra en todo ello? Ninguna jajajajaja, es tan sólo una metáfora rojiza pero en ningún sentido zurda o marxista. Son sólo lágrimas que caen sobre muñecas rajadas.
    Entonces el tercer movimiento del concierto para piano y orquesta de Rachamaninov nro. 3 llega a su fin, pero repito ese final, porque sino no voy a tener mas que escribir y eso me conduciría al sacudón final de la desolación.

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  3. Llegué hace una hora de Gesell. No estoy bajoneada porque quería volver, fue suficiente. Estoy contenta porque me quemé y estoy viendo un dvd con videos de los Red Hot, creo que me obsesioné con ellos en este último, un poco mucho. Ya parezco una fan loca. En fin, estoy contenta pero siento que me falta un pedazo. Otra historia, pero ésta es más larga (epa)

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que decis?