martes, 30 de noviembre de 2010

Tres renglones

El viento frío
desnuda las baldosas,
veo tus huellas.

Segui el camino,
el corazón de piedra
allí volaba.

No quedan rosas
para comprarle amor,
ya ha huido.

Entonces...

¿Por qué renacen
las flores del almendro
si me dejaste?



PD: Educadamente le digo, Te Odio.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Catarsis directa

Mientras estaba en mi cama leyendo un capitulo de "El agua en el agua", me acordé de una cosa. Fue algo que dijo una persona muy cercana a mi, y tuve que dejar mi lectura de lado para pensar nuevamente porque había dicho eso. A pesar de que mi postura, era completamente negativa y opuesta a lo que pensaba aquella persona, traté de comprender sus palabras desde la posición neutral, y al mismo tiempo trate de responderme una pregunta que surgió hace unos meses atrás: ¿por qué lo que critico de su vida es tan similar a la mía?. No podía entender porque era tan insensible frente a lo que decía sabiendo que otros podrían comenzar a comentar a su alrededor lo que había dicho con poca disimulación y envidia. Tampoco es que importa que dice, sino porque lo hace, ¿qué siente?, ¿Siente?
No creo que me atrevería a decir algo terrible sobre aquella persona, pero esta tuvo el atrevimiento de decir algo sin pensar en mi posición.
Entonces, después de meditar sobre su declaración y las causas de la misma, pensé en la solución más descabellada (que claramente no está en mis planes, pero que ciertamente es lo único que podría rescatar su dignidad y la mía):
¿Debería morirme de alguna enfermedad y que tres días después de mi ida, vuelva a redactar en su mente sus antiguas palabras?

22 de noviembre para todos.

Un paso por el tiempo y la buena música.

http://www.youtube.com/watch?v=6ofD9t_sULM


http://www.youtube.com/watch?v=3D4YYI8G5EM


http://www.youtube.com/watch?v=Nnpil_pRUiw


http://www.youtube.com/watch?v=G7FdJajqxmU


http://www.youtube.com/watch?v=fregObNcHC8


http://www.youtube.com/watch?v=SYoH4yYmdSk

lunes, 15 de noviembre de 2010

El vegetal

No se nada sobre la vida,
No se sobre la depresión,
Sobre economía,
Sobre cocina,
Sobre madera, carpintería, ni mampostería.
No se sobre idiomas,
No se hablar,
No se hacer señas,
Ni tampoco gritar.
No se bailar,
No se caminar,
No se agitar, ni ser agitada.
No se que brazo mover,
No se babearme.
No se multiplicar,
(y menos factorear),
“Yo solo se que no se nada”
No se que yo solo se que no se nada.
No se como atarme los cordones,
No se llorar por los codos como dice Oliverio,
No se arrancarme los cabellos,
No se brillar como las estrellas,
No se como tomar un te sobre la luna,
No se trepar las montañas,
No se beber vino,
No se desnudarme frente al espejo,
No se diferenciar la realidad de la ficción,
No se como encontrarte perdida,
No se como darte la espalda y que me acaricies,
No se como ganarme tus besos en las mejillas,
No se como quererte (y se hace más difícil),
No se distinguirte entre las masas y el espacio.
No se como no te veo,
Tampoco como no te tengo ahora en mis brazos.
No se porque no me buscas ahora mismo.
No se porque nos rechazamos ambos.




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martes, 9 de noviembre de 2010

Malas noticias: No eres inmortal


¿Cómo haces para respirar bajo este resumidero de metal?
En vez de preguntarme, trato de imitar tus movimientos a la perfección.
¿Has estado practicando? ¿Cómo introducirte en los lugares más minúsculos y complejos como las aurículas, alguna vena cava?
La contorsión de tu ser me sorprende, cuan posible es transformarse en algo tan bello
Y tener el acceso más insospechado del mundo.
¿Te sientes hábil al poder sacarle la grasa a las milanesas?
Me daria pudor ser el cuchillo. Soy cobarde.
¿Puedes caminar sobre el agua y hacer milagros?
Después de todo esto, no lo creo. Eres tan común como yo.
Humanos.



PD: Se termina todo. PERO TODO.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El mar

Abría y cerraba las ventanas
del modo rutinario,
como mis pares.
El aroma a cigarro desconocido se despedía de él,
el cabello perfumado como la cereza de sus labios,
El mar agitado y alejado de la costa
me invitaba a sumergirme una vez más.
Despojada de mi ropa,
despojada de mis pensamientos mas crueles y severos,
despojada de cualquier prejuicio,
sentí el frescor de lluvia como aquella vez.
Abría y cerraba ventanas,
y las gotas se refugiaban en mis pequeños senos,
y el frío extrañado escalaba mis curvas
como si se hubieran encontrado hace dos días atrás.

Dicen que si aprietas un hielo mucho tiempo, comienza a quemar.
Pronto tuve que dejar de abrazarlo,
mi corazón estaba ardiendo.