viernes, 12 de marzo de 2010

Recuerdos con forma de auto.-

Mucho tiempo pasó desde la última vez que imagine mi vida en el asiento trasero de un auto.
Hoy nuevamente, después de terminar de leer mis pergaminos de soledad, reposé los ojos un pequeño instante de una hora, y se creó el sueño más largo de la historia.
Fue solo el recorrido de un recuerdo, y el invento de lo posible, que le dió la categoría de surrealista.
Y sus personajes solo son seres del día día, y que me gustaría que habiten el día día.
Y su protagonista era una chica de ojos verdes y miel, verdemiel nítido, verdemiel dorado.
Y su conductor era transparente, blanco y océano al mismo tiempo.
Y el conflicto era consistente, pesado, y práctico para llevar en el asiento de copiloto.

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