La carta más Bella por Lauret :)

Nadia:

Nadie dijo que iba a ser fácil. Nadie nació del vientre de su madre con un manual de instrucciones cosido al cordón umbilical, que dijera cómo, dónde, por qué ni en qué momento. Nadie publicó en ningún medio masivo las respuestas de la vida, porque la gente quizás todavía no entiende que la felicidad se encuentra en cosas sencillas: como en una flor, en una sonrisa de quien queremos, en el sol que sale cada mañana y nos dice buen día.

Lo que pasa es que la vida nos regala demasiado. Y cuando uno tiene demasiado, empieza a minusvalorar aquellas cosas que realmente tendrían que darle sentido a todo esto que se nos dio, a todo lo que justamente, no tendría que ser efímero, fugaz, momentáneo.

Entonces cuándo es que las personas caen en la cuenta de que podría llegar a ser tarde, de que aquel sol brillante no va a estar siempre saludándonos, de que es posible que nuestra almohada no pueda contener las lágrimas de cuando estemos tristes, que esos álbumes de fotos quizás se evaporicen con el tiempo y todo desaparezca… porque hoy, acá, en esta vida, es esto… pero luego, quién sabe.

Algunos comprenden las maravillas de la vida (que no son esas siete, u once, sino las miles de millones, aquellas quillones –por decir un número infinito, que no existe- que están en cada mariposa, en cada caricia, en cada arco iris que sale después de un día de lluvia); tarde, cuando ya están llegando al final del largo recorrido, luego de muchos, muchos años, y con el pelo canoso y bastones para poder caminar.

A otras personas, quién sabe por qué Dios lo quiere así, las respuestas les llegan antes. Acaso sea porque eso es lo que ellos ansían internamente…, o porque son parte de un grupo de elegidos, de ángeles en la tierra que, sin que ellos estén siquiera enterados, el Ser Superior quiere que entiendan. Que entiendan cosas que los demás jamás van a poder comprender porque están vendados, tienen los oídos sordos y las manos atadas. En cambio los ángeles… los ángeles tienen sus alas celestiales y tienen que aprender a volar.

Pero por alguna razón pareciera que ser ángel en la tierra es una tarea dificilísima. Y requiere muchísimo más esfuerzo que el de ser un ser humano normal, que ya de por sí trae sus tantas complicaciones. Este pequeño selecto grupo debe luchar con mucha más dureza, debe hacerse fuerte a costa de sacrificios, debe llegar al final del camino acaso más cansado que los demás, pero con todos los sentidos alerta, conociendo todo aquello que el resto jamás va a llegar a atisbar, por no ser elegido.

Y estás vos. Un ángel en la tierra que debe luchar, que debe seguir adelante y activar todo los sentidos, y con vigor debe lograr correr la venda de los ojos, debe desatarse las manos, los pies, y comenzar a correr, a caminar, a saltar… a vivir como realmente se tiene que vivir.

Un ángel en la tierra que por nada del mundo debe bajar los brazos, porque puede. Puede, y eso es lo importante, en el momento en que se sabe que uno es, debe centrar todo su ser para conseguir aquello que busca. Porque proponiéndoselo realmente y poniendo el espíritu en cada acción es la única forma en que todo va a ser posible para activar las alas…

…y volar.

Y nosotros Nadia, todos nosotros, queremos que vueles. Que aprendas a volar.

Nos tenés para lo que necesites,

Con todo el cariño y la fuerza del mundo,

3ro, 4to y 5to año 2008 Santa María