martes, 8 de junio de 2010

Anecdotario

Durante décadas, las anécdotas son historias embellecidas por los detalles de la imaginación propia y la senilidad que trae consigo. Tenemos un cuerpo, una estructura adornada de detalles grotescos y otros lineales, consecuencias del tipo de la desgracia o de la risa. Cada participante, conlleva a cada uno a sentirse identificado con cada respuesta u actitud desmesurada, nos transporta hasta sentirnos la misma carne, la misma sangre talvez. Siempre desde mi punto de vista, llegaremos a sentirnos la copia exacta, una esencia robada de cada persona involucrada en este texto. Todos tenemos un tío Jorge, un primo Osvaldo. Todos tenemos una prima, sobrina, hija que le gusta escribir incoherencias o plasmar lo que ve a su alrededor sin que nadie se perciba de aquello. Yo en estos momentos soy una escritora amateur, pero soy una buena contadora de cuentos. Más que cuentos, diría anécdotas de la vida que involucran a seres odiosos y amados al mismo tiempo. Temerarios, callados, desubicados, respetuosos, hipocondríacos, artistas, ciclotímicos, intelectuales, locos, luchadores, charlatanes, maricas, comediantes, deportistas, analistas, prácticos, complicados, esperanzados, patriotas, leyentes, oyentes, críticos, cocineros, criadores, domadores, salames, quesos, fiambres, verduras y demás.
No gastaría parte de mi tiempo en escribir tantas palabras, pero lo siento tan arraigado a la mente, y a las necesidades de mi vida, tales como comer y llorar cuando puedo, que relatar esto podría llegar hasta incluso abrir una mente y que después esta misma lo haga con otra, y esta nueva se lo cuente a otra de la esquina, y así se armaría la cadena de honestidad que se necesita para darle aquel gustito acido a la vida. Aquella amargura con toques dulces que me toca experimentar cuando pienso esto, y lo comparo con mi vida este año. Encontrar la solución en algo que sucedió hace 28 años, o 45, es algo muy historia, muy repetitivo. Los mismos errores, las mismas soluciones. ¿No sería provechoso crear situaciones complicadas nuevas, y resolverlas en un modo mundialista sorprendente? No lo creo, sino no seríamos seres humanos, y no tendríamos a esas personas que integran nuestras vidas, que las llamamos cariñosamente, o por diccionario: familia.

d.sos.

4 comentarios:

  1. Yo tengo una anécdota: la única vez que te vi fue en mi casa.

    ¡Es buena!

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  2. Creo que tenia algo para comentar, pero me parece que me olvide que era xD
    Pero bueno, siguiendo con el tema de lo escrito, creo que podría (y tal vez debería)clasificar las anécdotas entre las que me aburren sobremanera y las que encuentro misteriosas y hasta útiles, y si lo hago, supongo que sería para desentrañar que el lo que hace me una sensación u otra me sea producida.

    Bueno, saludos.

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  3. al final están todas las palabras al revés xD Mejor corrijo :P

    "Pero bueno, siguiendo con el tema de lo escrito, creo que podría (y tal vez debería) clasificar las anécdotas entre las que me aburren sobremanera y las que encuentro misteriosas y hasta útiles, y si lo hago, supongo que sería para desentrañar que es lo que hace que una sensación u otra me sea producida."*

    Ahí ta :P

    Saludos.

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  4. Confieso que me he enganchado a tus letras...

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que decis?