miércoles, 4 de marzo de 2009

Arde


Arde con miedo, no se atreve a quemar el nido de recuerdos.
Espera unos instantes para penetrar por la entrada principal,
la única, la humilde puerta de madera tallada.
Halla algunos sillones de mimbre, alguna mecedora de la abuela
y se esfuman con velocidad aterradora y mordaz.
Los cuadros, instantes de sus vidas se calcomen en cenizas.
Aquellos muebles, y juguetes olvidados se retuercen y
despiden olor plástico y material.
La manta de invierno reducida en polvo asfixiante.
¿Qué nos queda?

Los corazones ardientes, llameantes hasta el final de indignación y resignación.

Sol Ochoa

2 comentarios:

  1. woow...q bizarro.
    el como un colmo...pero la respuesta nunca mas acertada :)
    anonimo..

    fla
    jajaj

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  2. ¿Simples objetos y recuerdos, simples activaciones de sentidos?

    ¡No! todos ellos parte de una vida.

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