domingo, 26 de abril de 2009

Un sentir apagado


Descubrí pocas veces su rostro,
Enfurecido,
Enamorado,
Enchispado,
Salvaje como siempre.
Aquella faceta se dejaba ver
Las calurosas tardes de enero,
En aquel cuarto cerrado de Honorio Pueyrredon.
Sus labios despedían calor pasional
Y palabras de amor.
Una bella música resonaba en sus oídos
Y marcaba sus pasos y el tempo acelerado.
Tal vez mi voz pueda relatar mejor
Esos hechos de verano,
Pero es en vano, negar
Tan bella escritura a mi papel de encomienda,
Paquete que te dice “Adiós”.

Sol Ochoa.

2 comentarios:

  1. El amor y su inconfundible aroma pareciera ser un calmante y de manera repentina convertirse en un adictivo y placentero narcotico.

    Saludos.

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  2. Che, comento aca para avisarte que comente el poema anterior xD ya que comente tarde (recien)... ahi aclaro porque comente ese y no este)... chau

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